Los investigadores del grupo GEAR (Investigación de Análisis de Energía Global y Economía Ambiental) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM): Luis Antonio López, María Ángeles Cadarso y Jorge Zafrilla, profesores de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Albacete, y Guadalupe Arce, doctora por la UCLM y actualmente profesora en la Universidad Complutense de Madrid, han publicado una investigación en la prestigiosa revista Nature Communications, en la que concluyen que la huella de carbono de las filiales de las multinacionales estadounidenses se situaría en un hipotético 12º puesto en el ranking mundial de países más contaminantes.
A lo largo de este estudio, los autores desarrollan una metodología que permite cuantificar, a lo largo de las cadenas globales de la producción, la responsabilidad que tienen las empresas multinacionales sobre el total de emisiones de efecto invernadero de la economía mundial. En concreto, los resultados del estudio, muestran cómo la huella de carbono de las filiales estadounidenses repartidas por todo el mundo representa un volumen de emisiones de carbono muy por encima de muchos países, siendo, por ejemplo, casi el doble de las emisiones generadas en toda la economía española.
“Estas emisiones se generan a nivel global, conforme las empresas fragmentan su producción en distintas fases y la localizan en aquellas regiones emergentes con unos menores costes, no sólo salariales, sino también energéticos, lo que conlleva un incremento de la presión sobre el medio ambiente”, señalan los investigadores, quienes muestran, además, cómo la producción de estas multinacionales es más intensiva en carbono cuando se lleva a cabo en países vías de desarrollo que cuando se localiza en países desarrollados.
Tal y como refleja la investigación, del total de la huella de las multinacionales estadounidenses, casi el 40% se incorpora en productos que son consumidos en otros países distintos al que se localiza la filial y sólo el 8% se explica por el consumo de bienes y servicios realizado por los ciudadanos de Estados Unidos. Por sectores, estas emisiones se concentran en el sector industrial y van asociadas principalmente a la producción de bienes intermedios y de capital. Aunque también destacan las incorporadas en la producción de bienes de consumo producidos por las filiales, como son ordenadores, tabletas, teléfonos móviles o vehículos de transporte, y que finalmente son consumidos en todo el mundo. Además, no se observa una correspondencia entre un mayor valor añadido generado por las empresas multinacionales y su huella de carbono, ya que hay ciertas empresas que realizan actividades que generan mucho valor añadido y pocas emisiones.
Los resultados, subrayan desde el grupo, presentan importantes implicaciones en términos de política ambiental. “Una vez que las multinacionales conocen cuáles son sus emisiones pueden tomar decisiones que les permita reducir su responsabilidad sobre el cambio climático. Por ejemplo, con la elección de suministradores medioambientalmente más eficientes, la reducción del uso intensivo de materiales y energía incorporados en sus productos o la transferencia de tecnología a sus filiales y suministradores en otros países desde la empresa matriz”.
Este trabajo, publicado en la destacada revista Nature Communications, se ha realizado en el marco de un proyecto de investigación concedido por el Ministerio de Economía y Competitividad y con el apoyo del Plan Propio de Investigación de la UCLM.