El distanciamiento entre la ética y la política debilita la confianza de los ciudadanos en las instituciones y erosiona la democracia, por lo que se hace imprescindible la adopción de medidas que contribuyan a mejorar la transparencia y el buen gobierno. Así lo entienden los representantes del PP, PSOE, Ganemos, Ciudadanos y Equo que han participado en el debate sobre ética y política promovido por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y celebrado en el Campus de Ciudad Real.
La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha reunido esta mañana a representantes del Partido Popular, el PSOE, Ganemos, Ciudadanos y Equo para debatir sobre ética y política en una nueva convocatoria de los seminarios Universidad y desarrollo. El encuentro es una iniciativa del Instituto de Resolución de Conflictos y de la Fundación General de la institución académica en la que han participado alrededor de un centenar de estudiantes que han podido conocer el punto de vista de los portavoces políticos sobre su propia actividad. Todos ellos han coincidido en señalar la necesidad de inyectar ética en la vida pública, estableciendo procedimientos para evitar o reducir los casos de corrupción, mejorando la comunicación con los ciudadanos y apartando de la vida pública a los responsables de conductas impropias.
El decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales –centro anfitrión del encuentro- y director del Instituto de Resolución de Conflictos, Juan Ramón de Páramo, ha subrayado los riesgos que entraña el distanciamiento entre ética y política y que, a su juicio, generan “desconfianza respecto a la mediación política”, una actitud que puede derivar en “la antipolítica plebiscitaria y populista, sin intermediación, sin democracia y sin garantías, el peor enemigo de la democracia”.
En esta misma línea, el portavoz del PP en las Cortes regionales, Francisco Cañizares, ha reconocido que la clase política ha perdido crédito entre la opinión pública, “en parte con razón, por los terribles casos de corrupción”, aunque, a su juicio, la generalización de esta condena a los políticos “es injusta”. En cualquier caso, Cañizares cree que “hay que ir a las causas del problema, tomar medidas y poner en valor la política”.
La secretaria de Organización del PSOE en la provincia de Ciudad Real Blanca Fernández, también se refirió a la corrupción para explicar la falta de fe de la opinión pública en los políticos. “Es lamentable, pero hay que recuperar la confianza de los ciudadanos y convertir ética y política en dos palabras hermanas. Hay que actualizar los mecanismos democráticos –añadió-, las instituciones, resetear el sistema, porque, de lo contrario, no estará en cuestión un partido u otro, sino el sistema democrático en su conjunto”.
En la misma línea argumental, el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Ciudad Real, Javier Fernández Bravo, apuesta por “dotar al sistema de las herramientas necesarias para apartar a las personas que manifiestan comportamientos poco éticos”. Entre estas herramientas, señaló expresamente a la eliminación de los aforamientos y a la separación entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. “No puede ser que los propios políticos elijan a los jueces que van a juzgar”, dijo.
La concejal de Ganemos en el Ayuntamiento de Ciudad Real, Carmen Soánez, se confesó “decepcionada” con la falta de aplicación de la Ley de Transparencia y buen gobierno, una norma que considera “ambiciosa”, con un propósito similar al de los códigos éticos que han firmado algunas plataformas como la que ella misma representa para formar gobiernos tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo pasado. En cualquier caso, para Soánez, “la política no se entiende sin ética, sin el objetivo de organizar la sociedad por el bien común”.
Por último, el concejal del grupo municipal Equo de Alcázar de San Juan, Juan Garrido Morales, estima que el hecho de que la Universidad dedique una jornada de debate a la ética en la política “implica que hay un problema, pero también una esperanza, una esperanza en que se pueden hacer las cosas de otra manera, con participación, transparencia”.
Transparencia y buen gobierno
La jornada sobre ética y política comenzó unas horas antes con la presencia de Jorge Malem, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Pompeu Fabra, y Javier Amorós, subdirector general del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, el organismo público independiente creado con la intención de promover las buenas prácticas en la actividad pública, garantizando, entre otras cuestiones, el acceso a la información por parte de los ciudadanos.
Este último considera que tanto las instituciones como los partidos políticos están realizando “importantes esfuerzos” para mejorar la transparencia y el buen gobierno, dos conceptos alejados de la agenda pública hace unos años y que sin embargo ahora ocupan un espacio privilegiado en los programas electorales. Pero, en opinión de Javier Amorós, la generalización de la ética en la política no es responsabilidad exclusiva de las formaciones políticas. “La ciudadanía tiene que ser más exigente –señala-. La sociedad española está menos movilizada que otras sociedades de nuestro entorno, por lo que sería saludable que incrementaran su exigencia de transparencia y buen gobierno y que adoptásemos también esa actitud en nuestros comportamientos individuales”.