Un equipo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) liderado por el profesor Jorge Onrubia Pintado, director del Laboratorio de Arqueología, patrimonio y Tecnologías Emergentes (IDR), ha participado en el proyecto de recuperación y revalorización de la alcazaba y medina de Agadir Ufella en Agadir (Marruecos), fundada en 1540 y destruida por un terremoto en febrero de 1960. En la iniciativa, impulsada por administraciones públicas, entidades y asociaciones ciudadanas, tiene como objetivo “devolver este espacio con alto valor simbólico e identitario al segundo destino turístico del país, solo por detrás de Marraquech”.
Según explica el profesor Onrubia, “la ejecución del proyecto, cuya actuación arquitectónica dirige la arquitecta marroquí Salima Naji, exigía la delimitación y excavación, con carácter previo, de la futura área arqueológica visitable, así como una continua labor de diagnóstico y acompañamiento arqueológico de las obras destinadas a la conservación, restauración y musealización del conjunto”. Mediante la firma de sendos contratos de I+D por un importe total de 132.000 €, las intervenciones arqueológicas más sustanciales de las dos primeras fases de estas tareas han sido confiadas por la empresa pública Desarrollo Turístico Sus Massa SDR S.A. a la UCLM. “Los trabajos de campo han tenido lugar en octubre y noviembre del pasado año y en marzo y abril del presente. Entre mayo y agosto se han desarrollado las labores de gabinete de la última campaña que han culminado con la entrega, y recepción por parte de la entidad promotora, de los correspondientes informes y recomendaciones finales”, señala.
Al equipo de la UCLM, que ha actuado en todo momento en colaboración con el responsable de la gestión técnica y científica de las actuaciones, el profesor del Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y del Patrimonio de Rabat Mabrouk Saghir, se han incorporado varios arqueólogos de la empresa Baraka Arqueólogos S.L., radicada en Ciudad Real, y dos investigadores de las universidades de La Laguna y de Barcelona, respectivamente.
“Las excavaciones arqueológicas han afectado a un área de 7000 m2 repartidos entre el espolón norte, donde se procedió a la exhumación de los restos de los santuarios de Sidi Buxma Agnau y Lalla Yamna, dos morabitos estrechamente vinculados con la vida religiosa y la memoria histórica de la ciudad, la muralla sur y, sobre todo, la zona de la vigía suroccidental, primer recinto fortificado y germen de la posterior medina de Agadir Ufella”, señala Onrubia. Entre otras edificaciones, en este último sector “se han sacado completamente a la luz los vestigios del complejo de la puerta de acceso, del hospital, de un espacio ajardinado y arbolado conocido como Jardín Exótico, del teatro al aire libre, de la tienda de artesanía, de la mezquita, de los baños públicos y del conjunto formado por la vivienda del imam y la escuela coránica. “Las importantes series de repertorios arqueológicos recuperados in situ, donde abunda la materia orgánica (madera, papel, cuero, textiles…), constituyen un elemento esencial para la reconstrucción de la materialidad de la vida cotidiana de la ciudad hasta el momento mismo del seísmo”, explica.
Los resultados de estos trabajos convierten al proyecto de rehabilitación de Agadir Ufella y su entorno “en la más importante y singular actuación de arqueología pública y de la memoria jamás abordada en Marruecos”. Para el profesor, su impacto y su relevancia desde el punto de vista metodológico “trascienden las fronteras del país vecino”. Están previstas nuevas intervenciones arqueológicas en el resto del perímetro fortificado y, de nuevo, en el interior del espolón norte.