La directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y jefa del grupo de Telómeros y Telomerasa, María Antonia Blasco, ha visitado este jueves el Campus de Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) para ofrecer la conferencia ‘El papel de los telómeros en el cáncer y en el envejecimiento’. Entre otros aspectos, ha señalado la relación entre el acortamiento telomérico y la longevidad y marcado la singularidad del cáncer frente a otras patologías relacionadas con el envejecimiento.
La científica alicantina ha participado en la iniciativa del Vicerrectorado de Investigación y Política Científica ‘12 meses 12 investigadoras’ incidiendo en su trabajo de más de 20 años centrado en demostrar la relevancia de los telómeros y de la telomerasa en el cáncer, así como en enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
En este sentido, señaló la importancia de conocer las causas moleculares del envejecimiento para diseñar estrategias contra las patologías asociadas. Entre otras, señaló la que constituye su área de especialidad, que es la erosión de las estructuras que protegen los extremos de los cromosomas humanos, los telómeros, “esenciales para la vida”. Su acortamiento, dijo, “es una causa primaria que desencadena otras”, y se acortan “a consecuencia de cómo está diseñada la vida” a través de los procesos de división celular.
En su intervención se refirió también a la telomerasa, una enzima que compensa el acortamiento telomérico cuyos descubridores, Elizabeth H. Blackburn, Carol W. Greider y Jack W. Szostak recibieron en 2009 el Premio Nobel de Medicina. En este punto, señaló la singularidad del cáncer frente a otras enfermedades asociadas al envejecimiento. “La diferencia fundamental es que en el cáncer las células dañadas son inmortales gracias a la telomerasa”, dijo.
Blasco afirmó que la longitud de los telómeros determina la longevidad y apuntó que si un individuo nace con estas estructuras más cortas debido a una mutación, aumenta la probabilidad de desarrollar de forma prematura enfermedades relacionadas con la degeneración de los tejidos. Insistió en que los telómeros no son iguales en todos los individuos, de forma que las personas con los telómeros más cortos tienen mayor riesgo de desarrollar patologías relacionadas con el envejecimiento como el infarto de miocardio. Por otra parte, explicó las investigaciones llevadas a cabo con ratones sin telomerasa, que se mostraron resistentes al cáncer, lo que ha conducido al desarrollo de inhibidores de esta enzima para el tratamiento de esta patología.
María A. Blasco obtuvo su doctorado en 1993 en el Centro de Biología Molecular ‘Severo Ochoa’ bajo la supervisión de Margarita Salas. Ese mismo año se trasladó a Cold Spring Harbor Laboratory en Nueva York (EE.UU.) para incorporarse al laboratorio dirigido por Carol W. Greider en calidad de becaria posdoctoral. En 1977 regresó a España para establecer su propio grupo de investigación en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC, Madrid). En 2003 se trasladó al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO, Madrid) como directora del programa de Oncología Molecular y jefa del grupo de Telómeros y Telomerasa. En 2005 fue nombrada vicedirectora de Investigación Básica del CNIO y en junio de 2011 directora.
Blasco ha publicado más de 250 artículos científicos en revistas internacionales y nacionales con un h-index de 81. Sus logros han sido reconocidos a través de premios como ‘Josef Steiner Cancer Research Award’, ‘Swiss Bridge Award for Research in Cancer’, ‘Körber European Science Award’,’ the EMBO Gold Medal’, el Premio “Rey Jaime I” en Investigación Básica, el premio de la ‘Fundación Lilly en investigación Preclínica’ y el Nacional en Biología ‘Santiago Ramón y Cajal’, entre otros. Además, tiene dos doctorados honoris causa de la Universidad Carlos III de Madrid y de la Universidad de Alicante, respectivamente. En octubre de 2017 recibió la Distinción al Mérito Científico de la Generalitat Valenciana.