El ejercicio físico durante y después del embarazo reduce el riesgo de depresión posparto, según revela un estudio realizado por investigadores del Centro de Estudios Sociosanitarios de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). El hallazgo constata que los ejercicios de respiración y estiramientos, las actividades aeróbicas, el pilates, el yoga o, incluso, caminar, contribuyen notablemente a mejorar la salud mental de las madres.
Practicar pilates o yoga, realizar alguna actividad de tipo aeróbico, hacer ejercicios de respiración o estiramientos o, sencillamente, caminar reducen notablemente el riesgo de la depresión posparto, un desorden que afecta al 35 % de las madres españolas. Así lo revela el estudio realizado por el grupo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) que dirige el profesor Vicente Martínez Vizcaíno, dentro de la tesis doctoral de Raquel Poyatos León, y en el que participan también Celia Álvarez Bueno, Iván Cavero Redondo y Gema Sanabria Martínez.
Estos investigadores han analizado los datos de una docena de ensayos realizados entre 1990 y 2016 en los que se evaluó la influencia del ejercicio durante el embarazo y después del parto y en el que participaron 932 mujeres. Estas voluntarias realizaron distintas rutinas, algunas más intensas, de carácter aeróbico, y otras tan sencillas como caminar. La mayoría de los programas de ejercicio se prolongaron durante tres meses, con entre tres y cinco sesiones a la semana. El resultado no deja lugar a dudas: comparadas con las mujeres que no hicieron ningún ejercicio, las que participaron en los ensayos mostraron menores signos de depresión tras el nacimiento de sus hijos.
Los síntomas de la depresión posparto, que suele comenzar en las cuatro semanas siguientes al nacimiento, pueden incluir ataques de ansiedad, inseguridad, irritabilidad, fatiga, culpa y miedo a dañar al bebé o reticencia a darle el pecho. Cuando estos signos se prolongan durante más de dos semanas comienzan a considerarse graves, por lo que los investigadores defienden la necesidad de aplicar las estrategias más efectivas para prevenir este desorden o mitigar sus consecuencias. Entre estas estrategias destaca la promoción de la actividad física.
Según explican los responsables del estudio, la depresión posparto no sólo afecta a la madre, sino que también puede perjudicar al niño, condicionando su desarrollo emocional y cognitivo.
El estudio ha sido publicado en la revista científica Wiley Birth y ha tenido eco en medios de comunicación internacionales, como Dailymail o The Guardian.