La Fundación BBVA ha subvencionado con 100.000 euros un proyecto de investigación sobre el control de plagas de topillo campesino del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, centro dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha. El estudio, que dirigirá el investigador Javier Viñuela, se desarrollará durante los próximos tres años y ha sido becado junto a cuatro más, dentro de la convocatoria del área de Ecología y Biología de la Conservación en la que competían 97 propuestas.
El Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), centro de investigación multidisciplinar dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ha sido beneficiario de una de las cinco ayudas a proyectos de investigación concedidas por la Fundación BBVA en el área de Ecología y Biología de la Conservación, a la que concurrieron 97 proyectos.
El proyecto, dotado con la máxima cuantía de las concedidas por la Fundación BBVA, 100.000 euros, lleva por título Ciencia de frontera para un control de plagas de topillo campesino con base ecológica: mejorando el hábitat agrario, la biodiversidad y la salud, y tiene como investigador principal a Javier Viñuela Madera, científico del CSIC en el IREC y coautor de la gran mayoría de las publicaciones científicas sobre esta especie en revistas internacionales. Junto con Viñuela, integran el equipo de trabajo multidisciplinar encargado de desarrollar el proyecto becado Jesús García, Pedro Olea, Pablo Ferreras y José Francisco Ruiz Fons, investigadores del IREC; Jesús Martínez Padilla, de la Estación Biológica de Doñana; Pilar López y José Martín, del Museo Nacional de Ciencias Naturales; y Pablo Acebes, Jesús Herranz y Juan Malo, de la Universidad Autónoma de Madrid. El mismo se llevará a cabo en colaboración con la ONG Grupo de Recuperación de Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa).
A lo largo del estudio, que arrancará el 3 de enero de 2015 y tendrá una duración de tres años, los investigadores intentarán buscar medidas de control de las plagas de topillos alternativas al uso de los rodenticidas químicos y la quema de vegetación en cunetas y lindes, causantes de importantes daños al ecosistema agrario y especies cinegéticas como la liebre y la perdiz, en favor de otras complementarias al proyecto de control biológico con cajas-nido que viene siendo utilizado desde 2009 y que, aunque están consiguiendo reducir la tasa de crecimiento de las poblaciones de topillos y sus densidades máximas, precisan de medidas adicionales.
Para ello, los investigadores proponen un programa de investigación multidisciplinar con tres elementos claves de estudio que pueden conducir a nuevas estrategias de control. Se trata del papel de las comadrejas y su influencia en la demografía del topillo campesino, uno de sus principales depredadores; del papel de los hábitats en cunetas de infraestructuras lineales de transporte, como carreteras, autovías o ferrocarril; y la comunicación química, con el objetivo de localizar feromonas que pudieran funcionar como atrayentes a sistemas de trampeo masivo.
Este proyecto se desarrollará en las zonas de estudio en las que el equipo de investigadores viene trabajando desde 2009 con el proyecto de control de cajas-nido: Villalar de los Comuneros (Valladolid), San Martín de Valderaduey (Zamora) y Boada de Campos (Palencia), zonas predominantemente agrarias, planas y muy deforestadas. Es en esta tipología de paisajes donde suelen producirse las peores plagas de topillos.