Alumnos de 2º de la Facultad de Educación del Campus de Cuenca han analizado en una práctica académica de la asignatura Métodos de Observación Sistemática Aplicados a la Educación Infantil la veracidad de las noticias relacionadas con el COVID-19. En la misma, ‘Compro bulo en el horno’, los estudiantes han diferenciado aquellas informaciones de las que han podido comprobar su veracidad (compro); las que han podido desmentir (bulo); y las que están pendientes de contrastar o en pleno proceso de investigación (en el horno)
Alumnos de 2º de Grado de Maestro en Educación Infantil del Campus de Cuenca han realizado una actividad colaborativa en la que han investigado las informaciones recibidas con relación al COVID-19 a través de los medios sociales y comprobar cuáles son ciertas, las que deben confirmarse, así como todas aquellas que se han demostrados que son bulos.
Esta práctica académica, ‘Compro bulo en el horno’, de la asignatura Métodos de Observación Sistemática Aplicados a la Educación Infantil, en su parte de psicología, se ha realizado en la plataforma Teams, en un único documento que ha ayudado a los estudiantes a coger el ritmo de las herramientas digitales.
Así, los alumnos, de forma individual, en parejas o en tríos, han calificado como ‘compro’ aquellas informaciones que han podido comprobar su veracidad; ‘bulo’, las que han podido desmentir; y ‘en el horno’ las que están pendientes de contrastar o en pleno proceso de investigación.
En este documento, puede comprobarse todas las informaciones analizadas. En ellas, entre otras, se ha constatado como bulo noticias como la creación del coronavirus; que el calor lo debilita; el traslado de fechas de exámenes en la UCLM; o la recomendación de quitarse los zapatos al entrar en casa. Como veraz se ha cotejado que la distancia de separación debe ser superior a un metro; las muertes sin patologías previas; el desplome de la contaminación de las ciudades; o la posibilidad de transportar el virus con el humo del tabaco. Asimismo, ‘en el horno’ quedan pendientes de confirmación que las universidades barajen no reanudar las clases presenciales; la urgencia de más celadores en IFEMA; el éxito de una vacuna china; o que las embarazadas no transmiten por la placenta el virus.
La precursora de esta iniciativa, la profesora Marta Torrijos, ha señalado que esta actividad es el resultado de otra inicial que estaba prevista antes del estado de alarma. “Antes del confinamiento debido a la pandemia actual teníamos una práctica para investigar un poco las bases de datos y poder hacer hipótesis de artículos científicos que sirvieran de marco teórico. En medio nos pilló irnos a casa. Así que cambiamos la práctica con la idea de seguir haciendo investigación”.
Además, en esta asignatura, los alumnos han realizado horarios para niños de Educación Infantil durante el confinamiento. Una práctica que dará a conocer en redes sociales los mejores trabajos con el objetivo de que las familias sigan teniendo ideas y recursos para que los más pequeños estén atendidos estos días. Todo ellos desde la vertiente más académica.