Apegado a la tierra, a su barrio habanero de Mantilla, optimista sin aspavientos y con muchas ganas de seguir contando. El escritor cubano Leonardo Padura ha visitado hoy la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en una jornada conmemorativa del trigésimo aniversario de la Facultad de Letras de Ciudad Real durante la que el último premio Princesa de Asturias de las Letras ha asegurado que siempre escribe con una intención concreta.
“Siempre que me enfrento a una nueva novela me pregunto para qué la escribo”. El escritor cubano Leonardo Padura, último premio Princesa de Asturias de las Letras, ha reconocido que toda su obra, especialmente sus novelas, son plenamente intencionales, planteadas y desarrolladas con un objetivo concreto. Esa intencionalidad explica que su personaje más famoso, el detective Mario Conde, le sirva para construir una gran crónica de la Cuba contemporánea, en la misma estela que hicieron en sus respectivos contextos Dashiell Hammet, Raymond Chandler o Manuel Vázquez Montalbán, y no sólo para plantear una elaborada historia negra.
Leonardo Padura ha visitado hoy la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) respondiendo a la invitación de la Facultad de Letras de Ciudad Real en la celebración de su trigésimo aniversario. La apretada agenda del escritor en el campus ciudadrealeño incluía un encuentro con un grupo de universitarios que han tenido la oportunidad de preguntarle por el significado de su obra, por su arraigo a su tierra o por sus influencias literarias. Entre otras circunstancias, Padura, que se ha reivindicado varias veces como periodista, ha animado a los estudiantes a aprovechar su etapa universitaria, como él mismo hizo. “Los años académicos fueron muy importantes para mí como lector y como futuro escritor, en gran parte porque tuvimos profesores que nos dieron confianza”.
Su personaje más famoso es el detective Mario Conde, alcoholizado y melancólico, que aparece en la Tetralogía de las Cuatro Estaciones (Pasado Perfecto, 1991; Vientos de Cuaresma, 1994; Máscaras, 1997; y Paisaje de Otoño, 1998); Adiós Hemingway y La cola de la serpiente, 2001; La neblina de ayer, 2005; y Herejes (2013). Fuera del detective, tiene otras novelas, también en escenarios cubanos, como Fiebre de caballos, 1998; La novela de mi vida, 2002; o la muy aplaudida El hombre que amaba a los perros, basada en la historia del asesino de León Trosky, Ramón Mercader, quien vivió el final de su vida en Cuba.
“Cultura autofágica”
Tanto el rector, Miguel Ángel Collado, como el decano de la Facultad de Letras, Matías Barchino, han agradecido a Leonardo Padura su presencia en el centro universitario en una jornada en la que también ha manifestado su opinión sobre el acercamiento entre La Habana y Washington y la eventual influencia de esta nueva etapa en la visibilidad de la literatura cubana. “Soy optimista respecto a la relación con EEUU porque es evidente que la tensión entre ambos países se ha relajado –ha manifestado-. Pero no tengo mucha esperanza respecto a su influencia en la expansión de la literatura cubana. La cultura anglosajona solo consume un tres por ciento de literatura traducida, es fundamentalmente autofágica”.
Respecto al éxito de la novela negra nórdica, Leonardo Padura considera que este es “un caso paradigmático de cómo dos o tres buenos escritores, como Henning Mankell pueden encumbrar a toda una literatura, incluyendo a sus malos autores”, en gran parte ayudada por el marketing y por una proyección en producciones cinematográficas o televisivas de los que, a su juicio, carece la literatura latinoamericana.
El escritor ha pronunciado su lección magistral, sobre el proceso de creación de un personaje, en este caso Mario Conde, ante un nutrido auditorio en el que se encontraba el poeta y viceministroprimero del Ministerio de Cultura de Cuba, Carlos Martí Brenes, en el aula magna de la Facultad de Letras.
Por la tarde, el escritor participará en una jornada de análisis de su trayectoria a cargo del profesor de la Universidad Complutense y director del ABC Cultural, Fernando Rodríguez Lafuente; y de Pío E. Serrano, Luis Rafael Hernández y Carlos Martí Brenes, escritores cubanos y, además, editores los dos primeros y crítico literario el último.
Leonardo Padura recibió el premio Princesa de Asturias el pasado viernes, 23 de octubre, en la ceremonia celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo y compartida con los también galardonados Francis Ford Coppola y Emilio Lledó. Es escritor nació, creció y aún vive en Cuba, aunque desde 2011 ostenta también la nacionalidad española.