Estela López Alfaro, Sergio Yuncal Vivas, Beatriz Henao Benavides, Jesús Ángel Ocaña y Ana Aicha El Helimi Calvo son cinco de los más de seis mil doscientos estudiantes que han empezado primer curso de grado en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) este mes de septiembre. Su particularidad radica en que han accedido tras prepararse y superar las pruebas de acceso para mayores de 25 y 45 años que organiza esta institución académica.
La primera puerta para acceder a la universidad en España es la EvAU, una prueba a la que concurrieron más de nueve mil estudiantes solo en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) el pasado mes de junio. Pero, junto a esta posibilidad mayoritaria, las universidades públicas ofrecen otras alternativas para favorecer la entrada en sus aulas, soluciones pensadas para personas que en su día no pudieron o no quisieron hacer lo que popularmente se conoce como selectividad o que carecen de otras vías de acceso y que años después han decidido dar un nuevo rumbo a sus vidas y probar la aventura universitaria.
En esta situación se encuentran las quinientas personas que cada año realizan las pruebas de acceso para mayores de 25 y de 45 años en la UCLM, muchas de ellas después de completar el curso preparatorio que organiza esta misma institución académica para facilitarles la superación de los exámenes. El curso preparatorio se ofrece enteramente en línea, con clases que se imparten en directo los martes, miércoles y jueves por las tardes, y que se quedan grabadas en vídeo y publicadas en la plataforma, a disposición del alumnado que no pueda asistir en directo o para el que, asistiendo, quiera repasar los contenidos. La próxima edición del curso comenzará el 29 de octubre y finalizará en abril de 2025, una semana antes de la celebración de las pruebas de acceso para mayores. El período de matrícula se abre hoy, 30 de septiembre.
La UCLM reserva un dos por ciento de las plazas ofertadas en estudios de grado para estudiantes que aprueban las pruebas de mayores de 25 años, y el uno por ciento para mayores de 45 años y quienes logran acceder por reconocimiento de experiencia profesional (mayores de 40 años).
Estela Lopez Alfaro, estudiante de Medicina
Una de las personas que participó en la última edición del curso preparatorio y superó las pruebas de acceso el pasado mes de abril fue Estela López Alfaro, de 27 años. Estela había realizado un grado medio de Auxiliar de Enfermería e incluso tenía trabajo en este ámbito, pero decidió apostar el todo por el todo para conseguir su sueño: estudiar Medicina. Y lo consiguió. Hace unas semanas se estrenó como alumna de primer curso de la Facultad de Medicina de Albacete, el centro con la nota de acceso más alta de la UCLM. Pero es que Estela lo tenía muy claro. “Me encantaba mi trabajo como auxiliar, pero yo sabía que podía mejorar, que tenía capacidad para dar una mejor asistencia a los pacientes, y tenía pensado optar a Enfermería o a Medicina”. Reconoce que el curso le ayudó mucho para superar las pruebas porque resulta muy accesible para las personas que están trabajando y tienen la posibilidad de revisar las clases en cualquier momento. Y en cuanto a su incorporación a las clases, Estela la ha vivido “con muy buenas sensaciones, porque la carrera es muy bonita y los compañeros son estupendos; voy a darlo todo”, asegura.
Sergio Yuncal Vivas, estudiante de Enfermería
Sergio Yuncal Vivas también ha optado por una carrera de Ciencias de la Salud. Con 39 años, un título de la ESO y una larga etapa trabajando, tomó la decisión de apuntarse al curso preparatorio y presentarse a las pruebas de acceso a la universidad para mayores. Ha obtenido una plaza en el grado de Enfermería en Talavera de la Reina y está muy satisfecho por lo que considera que es un cambio muy importante en su vida. “A los dieciocho años me tuve que poner a trabajar, no tenía alternativa”, explica; “el año pasado llevaba diecisiete años en una empresa, haciendo siempre lo mismo, y lo cierto es que llegó un momento en que me podía permitir acceder a la universidad y no lo dudé: siempre quise estudiar algo relacionado con la salud”. Sus primeros días en la facultad están resultando “muy cómodos, gracias a mis compañeras y a mis compañeros”.
Beatriz Henao Benavides, alumna de Ingeniería Informática
A Beatriz Henao Benavides quien la motivó, aunque indirectamente, fue su hermano, estudiante de tercero de Administración y Dirección de Empresas en Ciudad Real. Beatriz no tenía estudios anteriores, y con veintiséis años llevaba ya varios trabajando en tiendas o en restaurantes. “Hace tres años, mi hermano quería estudiar Ingeniería Informática y me pidió que le buscara información sobre la carrera”, señala. “Me gustó tanto, que empecé a darle vueltas a la idea de hacerla yo; y ya ves, ahora él está haciendo ADE y yo he empezado Informática en la Escuela Superior de Ciudad Real”. Beatriz cree que el curso preparatorio le ayudó a superar las pruebas porque le permitía compatibilizar las clases con el trabajo. Ha empezado el curso “muy contenta con el profesorado de la Escuela, que es muy amable, y con los compañeros y las compañeras de clase”.
Ana Aicha El Helimi Calvo, estudiante del Grado en Maestro de Educación Infantil
Con un título previo de Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas y tras seis años trabajando en la empresa que la contrató después de hacer las prácticas de este grado medio de Formación Profesional, Ana Aichi El Helimi Calvo ha accedido al grado de Maestro de Educación Primaria en el Campus de Cuenca. Afirma que, en su momento, a los dieciocho, no pudo dar el salto a la universidad porque “mi familia no se lo podía permitir”, una circunstancia que ahora ha cambiado en parte gracias al curso de preparación para las pruebas de acceso. “Cuando vas a hacer las pruebas de acceso a la universidad para mayores, lo normal es que lleves años sin estudiar. El curso preparatorio resulta muy útil para asimilar los contenidos de una forma organizada y bien estructurada y, además, puedes compatibilizarlo con el trabajo”, explica. Por lo que respecta a sus planes de futuro, Ana lo tiene claro: “En cuanto termine el grado, quiero trabajar como maestra en África”.
Jesús Ángel Ocaña Carrasco, estudiante del grado en Bellas Artes
La de Jesús Ángel Ocaña es una historia de superación y de amor al arte, nunca mejor dicho. Tiene 67 años, alcanzó un nivel de estudios de Bachiller Superior y superó la Reválida de sexto, y ha trabajado durante 42 años en el Instituto Nacional de Estadística (INE) en Cuenca. Una vez jubilado, decidió apostar por la que ha sido su pasión durante toda la vida: la pintura; y ahora es alumno del grado en Bellas Artes, también en el campus conquense. “Estoy en la universidad simplemente por satisfacción personal -argumenta-; llevo pintando desde los quince años y, ahora que tengo tiempo, me hacía mucha ilusión recibir una formación en Bellas Artes”.
En cuanto a sus compañeros y compañeras de clase, confiesa estar encantado: “podrían ser mis nietos; es gente muy maja”.