Alrededor de un millar de máscaras de protección contra el coronavirus han logrado fabricar en apenas tres días varios profesores e investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). El grueso de la producción se localiza en el Campus de Albacete, en la granja de impresoras 3D del grupo ENERMAT; aunque también se están “dibujando” en Ciudad Real, en muchos casos con dispositivos domésticos.
Varios investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) han logrado fabricar con impresión 3D casi un millar de máscaras de protección contra el coronavirus en apenas tres días. La iniciativa constituye una respuesta solidaria y voluntaria al desabastecimiento de equipos de protección individual (EPI) y está siendo coordinada por la comisión de seguimiento creada en la UCLM para abordar organizadamente a la crisis de la COVID-19.
La mayoría de las máscaras se están produciendo en el Campus de Albacete, y, más concretamente, en el grupo de investigación Materiales para la Energía e Impresión 3D (ENERMAT3D), que lidera el profesor Jesús Canales. De su granja de impresoras 3D localizada en el Instituto de Investigación de Energías Renovables (IIER) han salido ya unas setecientas pantallas de protección, la mayoría de las cuales se han destinado al Hospital Universitario del Perpetuo Socorro, en la capital albaceteña, atendiendo la demanda de la gerencia del SESCAM. Este mismo laboratorio, dotado con dieciséis impresoras industriales de doble extrusor, ha producido también 150 máscaras para el Ayuntamiento de Villamalea y un centenar para el Hospital de Talavera de la Reina (Toledo). Y continúa produciendo.
Este equipo de trabajo sufrió el desabastecimiento puntual de materia prima para la fabricación de las máscaras el pasado miércoles; apenas unas horas después, tras un simple llamamiento a través de Twitter, disponían de nuevo de todo lo necesario sin salir de la universidad, gracias a la colaboración de colegas de otros centros del mismo campus albaceteño. Incluso una empresa, El Rincón de la Costurera –que también está confeccionando solidariamente batas y mascarillas-, les ha cedido cinco mil metros de goma elástica que, a su vez, ellos mismos recibieron como donación, en una cadena solidaria donde cada cual aporta lo que tiene.
Y en Ciudad Real
El segundo gran núcleo de fabricación se encuentra en el Campus de Ciudad Real, esta vez coordinado por la Escuela Superior de Informática cuyos voluntarios, profesores y estudiantes del centro, han “dibujado” ya más de un centenar de máscaras de protección, en la mayoría de los casos con impresoras no industriales y cada uno desde su domicilio.
La producción de la Escuela de Informática se ha destinado a la Policía Nacional, las policías locales de Ciudad Real, Miguelturra y Carrión, la UCI del Hospital General Universitario de Ciudad Real, las residencias de mayores Andamarc y Gregorio Marañón, de Ciudad Real; y La Milagrosa y Los Jardines, de Manzanares; el centro Guadiana, también en la capital ciudadrealeña, y el Hospital de Manzanares.
Uno de los investigadores implicados en la iniciativa, Javier Albusac, anima a la los ciudadanos a colaborar donando material para las impresoras (filamento PLA, PVC, etcétera), goma EVA o cinta de doble cara a través de un formulario desde el que también admiten peticiones, siempre bajo la coordinación de la comisión de seguimiento de la UCLM.
Por último, desde la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos se han fabricado ya unas setenta máscaras, distribuidas mayoritariamente en el Hospital General Universitario de Ciudad Real y varias residencias de ancianos. El operativo aquí está coordinado por el profesor del área de Ingeniería Agroforestal Pablo Morales, quien ha avanzado que el centro adquirirá otra impresora 3D para atender la importante demanda de equipos de protección que está recibiendo.