El trabajo: “Dinámica a medio plazo de la respiración del suelo en un ecosistema montañoso mediterráneo: efectos de la severidad de incendio, manejo post-incendio de la madera quemada y exposición del terreno” es el resultado del estudio en el que han participado los investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM): Eduardo Martínez García, Francisco Ramón López Serrano, Eva Rubio, Francisco Antonio García Morote, Manuela Andrés Abellán y Tarek Dadi, junto a Jukka Pumpanen, de la University of Eastern Finland, y que, tras analizar diferentes severidades de un incendio, revela la importancia de evaluar los flujos de CO2 del suelo post-incendio con el fin de obtener tasas más precisas sobre la respiración del suelo a nivel ecosistema.
Cerca de 1.800 hectáreas del Parque Natural de la Serranía de Cuenca fueron arrasadas por un incendio en julio de 2009 a causa de una tormenta eléctrica. Un suceso que supone el punto de partida para este grupo de investigadores, cuyo trabajo ha consistido en analizar el efecto de diferentes severidades de incendio (severidad baja, que representa un 40% de la mortalidad de árboles, y severidad alta, que conlleva un 100% de mortalidad arbórea), observando la respiración del suelo (RS) durante las etapas iniciales post-incendio de un ecosistema compuesto por pino laricio, sometido a diferentes tratamientos de gestión de la madera quemada tras el fuego. Paralelamente, evaluaron el efecto que la exposición del terreno ejerció en la tasa de RS en zonas donde el incendio había sido de alta severidad.
Este trabajo que, según explican, cuantifica la tasa de RS a nivel ecosistema, destaca que “la presencia de los tocones en descomposición, un componente escasamente estudiado en términos de RS, contribuye a aumentar significativamente esta tasa a nivel ecosistema en las zonas de severidad alta de incendio durante los primeros años post-incendio. No obstante, a largo plazo, esta influencia disminuye a medida que su descomposición avance”.
Igualmente, el estudio pone de manifiesto que un incendio poco severo no tiene apenas capacidad para alterar dicha tasa de respiración a nivel ecosistema, en comparación con zonas no incendiadas, “estando este patrón directamente relacionado con la escasa modificación de las condiciones ambientales, inputs de carbono y presencia de raíces finas en el suelo”, a lo que añaden, a modo de observación, que la exposición del terreno influye directamente en la tasa de RS a nivel ecosistema mediante la modificación de las condiciones ambientales del suelo después del incendio.
Por todo ello, la investigación refleja a modo de conclusión la importancia de evaluar los flujos de CO2 del suelo después del fuego, considerando el grado severidad del incendio, las condiciones ambientales del suelo y los restos en descomposición procedentes la gestión post-incendio, “con el fin de obtener estimaciones más exactas de las tasas de RS a nivel ecosistema en estudios del ciclo de carbono en zonas incendiadas”.
Este estudio, recientemente publicado en la prestigiosa revista “Agricultural and Forest Meterology”, número uno del ranking de ciencias forestales, ha sido desarrollado en el marco del Proyecto Nacional “Forestrength” (Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y cofinanciado con Fondos FEDER, MINECO/FEDER, UE; y de los Proyectos Regionales “Ecoflux III” y “Ecamfor” (Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha) y cofinanciado con Fondos FEDER.
Asimismo, dicho trabajo forma parte de la tesis doctoral de Eduardo Martínez García, doctorando de la Universidad de Castilla-La Mancha, en la que aborda la estimación del balance de carbono y los flujos individuales de CO2 de los componentes de un ecosistema de pino laricio (Pinus nigra Arn. ssp. salzmannii) afectado por diferentes severidades de incendio.