Investigadores del grupo SaBio (Sanidad y Biotecnología) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y de la Universidad John Moores de Liverpool (Gran Bretaña) evidencian por primera vez en ratones cómo la competencia espermática influye en la fragmentación del ADN de los espermatozoides. Según el artículo, publicado en Proceedings de la Royal Society, los daños que provoca la fragmentación pueden reducir las tasas de fecundación, evitar que los embriones lleguen a desarrollarse, aumentar la mortalidad de las crías o producir mutaciones responsables de enfermedades genéticas posteriores. Para este trabajo se ha comparado el esperma de 18 especies de ratones.
La competencia espermática es una forma de selección sexual postcoital que influye en la evolución de las características del semen de los animales. Es una de las formas que tienen los machos de una especie para asegurarse la paternidad del mayor número de crías posible. “Sabemos que la competencia espermática provoca cambios en la morfología de los espermatozoides y en su metabolismo encaminados a lograr que naden más deprisa, pero desconocíamos si la mejora en la función espermática podía tener efectos negativos a otros niveles”, explica el investigador del MNCN Eduardo Roldán. «Nos interesaba examinar los posibles efectos sobre el ADN porque los espermatozoides carecen de mecanismos para repararlo y son especialmente sensibles a que se vea dañado por procesos relacionados con su metabolismo o las condiciones externas que encuentran de camino al sitio de la fecundación», continúa Roldán.
Los investigadores analizaron el ADN del esperma de 18 especies de roedores con diferentes niveles de competencia espermática y evaluaron el estado del ADN en diversas condiciones que mimetizan las situaciones a las que se enfrentan en el tracto reproductor femenino. Además, realizaron experimentos exponiendo los espermatozoides a diferentes niveles de estrés tanto químico como físico. «Hemos comprobado que hay grandes diferencias en la integridad del ADN según varían los niveles de competición espermática», indica Javier delBarco-Trillo, investigador del MNCN que ahora trabaja en la Universidad John Moores de Liverpool. «Sin embargo, hemos visto que el esperma es resistente al estrés y que parece sufrir pocos daños cuando se les somete a condiciones similares a las del trato femenino», añade.
Los estudios se realizaron valorando la integridad del ADN que portan los espermatozoides utilizando métodos de citometría de flujo. Este método permite analizar un número elevado de células y da una idea muy fiable de la estructura de la cromatina espermática. «El procedimiento es muy útil para analizar los posibles efectos negativos de diversos factores sobre el ADN de los gametos y las posibles consecuencias sobre la fertilidad de los machos y la supervivencia de la descendencia», apunta el investigador Julián Garde, de la Universidad de Castilla-La Mancha.
En este trabajo han participado los investigadores: Javier delBarco-Trillo, Olga García-Álvarez, Ana Josefa Soler, Maximiliano Tourmente, José Julián Garde y Eduardo R. S. Roldan.