Estudiantes preuniversitarios de todo el país adquieren en el Campus de Ciudad Real nociones sobre el diseño, funcionamiento y construcción de puentes. Sus conocimientos terminan reflejándose en una maqueta, cargada de rigor científico y tecnológico, que levantan utilizando un clásico juego de construcción y con la que deben ser capaces de demostrar que es capaz de salvar distancias y recoger unas cargas que transmitir al territorio de una forma eficiente. Lo hacen en el marco del Campus Científico de Verano, una iniciativa de carácter nacional que busca despertar la vocación científica y al que la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) se ha sumado a través de su Campus de Excelencia Internacional, CyTEMA, con cuatro programas.
¿Quién no ha jugado alguna vez de niño a las construcciones? ¿A levantar una muralla, un castillo o un puente? Poner pieza sobre pieza y pensar dónde encajarla para evitar que la obra de ingeniería se venga abajo ha sido objeto de entretenimiento y diversión de muchos, pero también de aprendizaje.
Tomando como base uno de estos juegos tradicionales, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Ciudad Real enseña durante el mes de julio a un grupo de 32 alumnos preuniversitarios a diseñar puentes, su forma, materiales de construcción y su integración ambiental. La temática es objeto de uno de los cuatro Campus Científicos de Verano con los que la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), a través de su Campus de Excelencia Internacional –CyTEMA–, participa este año por primera vez en la iniciativa impulsada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD), en colaboración con la Obra Social La Caixa.
De una forma amena e intuitiva, pero sin perder por ello el rigor científico y tecnológico, este ‘campamento científico’ permite a sus participantes acercarse a una de las disciplinas básicas de la Ingeniería Civil, el cálculo de estructuras, y más concretamente, a los puentes, instrumentos que como explica el profesor de Ingeniería de Transportes de la UCLM y coordinador de este campus, Santos Sánchez, “ayudan a salvar distancias de forma eficiente y a mejorar así la calidad de vida de las personas”.
Ambas cosas quedan claras a lo largo de las sesiones en las que los jóvenes, alumnos de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato con notas medias de entre 9,5 y 10, aprenden a concebir un puente de forma eficiente en su entorno desde un enfoque multidisciplinar, sin perder de vista los aspectos más relevantes que incluye un proyecto real, tales como los efectos territoriales, el comportamiento estructural, el medio ambiento, los materiales y otras peculiaridades del emplazamiento. Apoyados con un software de simulación de comportamiento estructural, los conocimientos adquiridos quedan reflejados en el diseño a escala de un puente mediante el juego de construcción K-Nex (similar al Meccano).
“Si alguien nos ve encajando varillas de plástico, engranajes o ruedas podría pensar que estamos pasando el rato, jugando, pero nada más lejos de la realidad, estamos aprendiendo los retos científicos y tecnológicos que lleva aparejado el proyecto de un puente”, dice Iván Alarcón, un estudiante murciando que acaba de terminar la Educación Secundaria obligatoria y a quien este campus le está sirviendo de base para “aprender a investigar y a entender cómo trabajan los investigadores”.
Un trabajo “desconocido para la gran mayoría” y que, sin embargo, “ayuda a mejorar nuestro día a día”, añade su compañera Claudia Aparicio, una joven que llegó a Ciudad Real desde Zaragoza atraída por este campus, el único del área de Ingeniería Civil que incluía la convocatoria estatal y que está cumpliendo con “creces” sus expectativas y ayudando a acrecentar “aún más” el interés que desde pequeña ha despertado en ella el mundo científico.
Precisamente, los Campus Científicos de Verano buscan que el alumno conozca de primera mano las técnicas de trabajo, el método científico, el análisis o la difusión de datos para fomentar y despertar su vocación científica, tecnológica e innovadora, y permitirles entrar en contacto directo con la labor investigadora que se desarrolla en la Universidad. Respecto al primero de los objetivos, el profesor Sánchez explica que éste está superado porque son jóvenes “muy motivados, trabajadores e inteligentes” y eso “motiva aún más si cabe nuestro trabajo”, refiriéndose al que realizan los cinco profesores –cuatro de la UCLM y uno de instituto- implicados en este proyecto. El segundo, se consigue con la visita a los laboratorios de investigación de la Escuela de Caminos.
Pero interesarse por las explicaciones y prácticas en el aula es fácil si tenemos en cuenta que “todos los que estamos aquí, así lo hemos elegido, no hemos venido obligados”. Quien habla es José María Urbano, un joven granadino que a dos cursos de ingresar en la Universidad tiene claro que estudiará Ingeniería Civil y que está sorprendido por el ambiente de trabajo que aquí se respira, donde existe “una competitividad sana por aprender más y conseguir superarte a ti mismo y al resto de compañeros”, dice para después mostrarse totalmente convencido de que “todos nos llevamos mucho”.
Y si bien los protagonistas de esta experiencia tendrán mucho que contar a familiares, amigos y compañeros, después de coincidir en que ha sido “un lujo” participar de la misma, mayor aún lo es para la Escuela de Caminos ser parte de la misma porque “a qué escuela o facultad no le gustaría contar entre sus alumnos con los chicos con los mejores expedientes del país”, se pregunta el profesor Sánchez. En este marco, advierte de que de existir la posibilidad, el próximo curso el centro volverá a presentarse al programa nacional de Campus Científicos de Verano e invita a los alumnos a intentar concurrir a la iniciativa.
A su lado, José María rescata las palabras de su maestro y sin dudarlo asegura que estas vacaciones “son una inversión de futuro y una primera toma de contacto con la Universidad”, de la que se despide con “ganas de repetir”.